"Los pueblos que olvidan sus tradiciones no saben de donde vienen ni saben adonde van, y se convierten en un conglomerado amorfo sin dirección ni sentido...". Jaime Dávalos
El 22 de agosto se celebra el Día Mundial del Folklore y en nuestro país el Día del Folklore Argentino.
La palabra "folklor" fue creada por el arqueólogo inglés William John Thoms el 22 de Agosto de 1846. Etimológicamente deriva de "folk" (pueblo, gente, raza) y de "lore" (saber, ciencia) y se designa con ella el "saber popular". La fecha coincide, en Argentina, con el nacimiento de Juan Bautista Ambrosetti (1865-1917), reconocido como el "padre de la ciencia folklórica".
Puede interpretarse al folklore como el catálogo completo de los rasgos distintivos de los pueblos. Como el modo de pensar, de emocionarse, de mirar la vida y el mundo, de divertirse, de hablar, alimentarse y vestirse, de relacionarse, de considerar el hábitat en que está inserto, de recrear la herencia de sus antepasados, su canto, su danza, sus juegos, sus comidas, su poesía y su prosa, sus supersticiones, sus certezas más firmes y sus temores más obsesivos.
En este sentido, el Día Mundial del Folclore es una convocatoria dirigida a todos los pueblos del planeta para que vuelvan los ojos a sus orígenes. Para que revaloricen el patrimonio construido por sus generaciones fundadoras. Para que adviertan las adherencias acumuladas en el contacto con otras culturas y las evalúen en lo positivo o negativo que pudieran tener. Para que, a la vista de unas raíces tan de todos, descubran la fraternidad nacional y construyan el presente cada vez mejor que todos los pueblos tienen el deber de forjar. Para que los pueblos se encuentren con su personalidad más auténtica.
Por esto, el Día Mundial del Folklore puede considerarse el Día Mundial de la Identidad de las Naciones.
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